¿En el cargo que usted actualmente tiene, a necesitado entrenamiento especial para saber cómo comunicarse con la prensa?

Sí, exacto. A nivel de OTAN hay unos cursos de comunicación llamados Comunicaciones Públicas y en España hay un curso de Comunicación Social.


¿Cuántos años llevan haciendo las jornadas y cuál es la intención de estas?

A nivel Nacional, hay un curso en Madrid que se llama curso de Corresponsales de Guerra que dura de 5 a 6 días. Es un curso más complejo porque comprende más partes como sanidad y primeros auxilios, una parte de minas, una parte de conducción en todo terreno. Es un curso más para formar a periodistas. Sin embargo, la logística a veces es complicada y pensamos conveniente descentralizar esas jornadas y hacerlas en Barcelona para los medios de comunicación sin la estructura compleja que hay en Madrid. Pero es un curso más introductorio. El primer curso que se hizo de este estilo de hizo para la Universidad Autónoma y está teniendo mucho éxito. También por otra parte, en Catalunya, nosotros intentamos mejorar nuestra imagen como ejército y para nosotros es mejor que los periodistas nos conozcan. Luego hay una tercera pata que es muy importante y es que al igual que tu aprendes, el militar también aprende lo que es estar con un periodista. Para los dos es una actividad informativa.


¿Se ha observado un cambio a raíz de estas jornadas por parte de los soldados y/o miembros del ejercito así como de los periodistas?

Sí, se observa en cómo salen otras actividades como un medio interesado en la Campaña de Antártica, y en general como se genera un mejor apoyo por parte de los medios de comunicación hacia noticias erróneas con respecto a situaciones que involucren al Ejercito. Mejora en la calidad de información que se publica.


¿Cómo se pueden mejorar las jornadas?

Este año tuvimos la posibilidad de ofrecer la experiencia de montar en helicóptero. Eso da una experiencia de ambientación de llegar a un lugar dónde no se puede llegar en vehículo. El otro cambio que estaremos haciendo es que al finalizar la mañana, los participantes van a ponerse a producir el producto de forma manera que ellos vana simular que a las 21hrs tienen que entrar en la radio o en diario. Por lo que el alumno se dará cuenta lo difícil que es producir una noticia en tiempo real. 


¿Qué cambios ve en los últimos años entre las relaciones de los periodistas y los medios de comunicación y el Ejercito?

La situación en España es particular. Primero que todo, hay que tener muy claro que nosotros los militares somos apolíticos pero ciertos sectores te atribuyen una imagen política. Los militares en el siglo XVII, XVIII, XIX, era gente ilustrada, más liberales y sin embargo en España después de la Guerra Civil se hace una imagen del militar como una persona muy conservadora. Esa imagen responde a unos estereotipos. Nosotros intentamos que esa imagen no sea así. También vemos que la sociedad nos desconoce y ese desconocimiento puede ser positivo pues puede ser un campo nuevo para sembrar. Por eso las relaciones con la prensa son importantes porque la gente nos conoce a través de la prensa. También, ahora nosotros tenemos nuestras páginas web y nuestras redes sociales y podemos contar nuestras cosas, antes no. 


¿En una situación de estrés y/o peligro, qué comportamiento puede aportar el periodista para apoyar el mismo trabajo del ejército?

Si el periodista está en una situación de peligro, se dará cuenta que la cabeza no funciona igual cuando uno está en una situación de peligro. Eso que nosotros llamamos resiliencia o espíritu de combate, el periodista debe entender que hace que uno reaccione diferente. No hay que justificar que a veces en situaciones de combate los militares no se comportan adecuadamente. Se encuentran en situaciones muy complejas.


¿Qué actitudes debería tener un periodista cuándo trata con un militar?

Primero sería saber un poquito de lo que se está hablando. Es importante el saber, saber el vocabulario que empleas, saber el contexto, saber con qué tipo de persona estás hablando. Es importante leer. También tiene que tener una ética para no caer en el amarillismo. Ese amarillismo puede causarle la vida a gente. 


¿Qué preguntas deberían a comenzar a hacer los periodistas con respecto a los militares y al ejército?

Hay que pensar en porqué pasa algo, porqué aquí y porqué ahora. Quién se beneficia, quién se perjudica y porqué. Muchas veces las cosas no pasan por aleatoria. El profundizar en el porqué. 


¿Qué recursos o apoyo podrían dar los medios de comunicación al ejército que aún no dan?

Para nosotros es importante la moral. Esa moral se basa en que uno tenga unos principios sólidos pero también viene del apoyo de la sociedad. Nosotros nos sentimos servidores de la sociedad y nos gusta que la sociedad nos apoye y nos comprenda. Si los medios dan una imagen negativa, la sociedad te apoya menos y acaba afectando la moral. 


¿Cómo ha cambiado la imagen del ejercito con los "influencers" y las redes sociales?

Toda esa información rápida carece de análisis a no ser que el que la produce sea un gran conocedor del tema. Pero nosotros también tenemos redes sociales y nos critican de no ser serios. Pero es complicado porqué no se puede ser serio sin ser el estereotipo de serio. Pero también hay varios periodistas que trabajan con blogs e instagram que tienen millones de seguidores y lo trabajan muy bien. Usan un lenguaje más próximo y no lo usan para amarillismo. 


¿Que consejo le daría a los jovenes interesados en ser corresponsales de guerra?

Que lean. Leer mucho del conflicto en el cuál se encuentran, comprender las cosas. Comprender la cultura del país donde vas. Comprender al militar y todo lo que implica sus armas y su misión. Prepararse físicamente, mentalmente. Deben asumir el riesgo que implica estar ahí y no ser una carga para los soldados porque pueden poner en peligro a alguien.